La odisea de los regalos navideños
Los regalos son uno de los más grandes dolores de cabeza de la Navidad. Como es normal, a todos nos gusta recibir algún regalito y más aún si aciertan. Otra cosa muy distinta es lo contrario, es decir, comprar los regalos.
Hoy en día no es tarea fácil. Nuestros seres cercanos esperan un regalo, y esperan que los conozcamos lo suficiente como para regalarles algo que a ellos les gustaría. Lo más normal del mundo es que no se te ocurra nada y al final acabes comprando una mierda que ni tú mismo te regalarías. Ser original es tremendamente complicado ahora que “casi todos” tenemos de todo. Pero claro, hay que intentarlo.
Cuando ya lo tengas todo pensado, dirígete a los comercios de tu ciudad y disfruta haciendo cola para pagar. Un buen truco es dejar las compras para el final, cuando se puede encontrar alguna rebaja y todo está un poco menos masificado. Eso si, existe el riesgo de no encontrar nada y volverte a casa con cara de tonto.
Si encontrar el regalo adecuado ya es difícil ahora llega la parte de envolverlo. Y no amig@s, no vale que lo haga la dependienta del centro comercial de turno y te ponga el típico papelucho (últimamente te dan una bolsa) que lleva todo el mundo. Lo ideal sería envolverlos tú mismo o, por lo menos, darles un toque personal. Así, si no le has dedicado mucho tiempo a pensar el regalo gracias a esto ganarás muchos puntos. Otra cosa bien distinta es la habilidad que tengas con las manualidades. Yo soy un negado por lo que tardo una eternidad y encima queda hecho una puta mierda. En ese caso, pide ayuda a tu padre, madre o tutor.
Desde luego, cuánto pierde la navidad si tienes más de 10 años¡¡SUERTE!!