Mucho se ha hablado en los últimos meses de la adaptación del canal estadounidense Showtime de Shameless (emitida originalmente en el canal inglés ITV). Y es lógico, ya que ha sido una de las grandes series que nos ha dejado la midseason. No pretendo hacer una comparación entre ambas series, pero es irremediable que lo comente en algún punto del post.
Para aquellos que no hayáis leído nada sobre ella, la serie trata sobre la familia Gallagher y sus bizarras historias en la ciudad de Chicago. Hasta aquí, podría tratarse de una serie cualquiera, pero si algo caracteriza a los Gallagher es su forma de enfrentarse a los problemas cotidianos, en muchas ocasiones (por no decir en la mayoría) tomando caminos poco cercanos a lo legal.
Fiona Gallagher (Emmy Rossum) es el motor de la familia. En ella recaen todas las tareas diarias y se ocupa de mantener a sus cinco hermanos, ya que el padre de la familia, Frank (William H. Macy) se dedica poco más que a beber como si no hubiera un mañana y conseguir dinero de cualquier parte sin tener que dar un palo al agua.
Al igual que en la versión UK, Fiona toma una importancia suprema en todas las historias que van ocurriendo capítulo a capítulo, y he de decir que Emmy Rossum parece haber sido hecha por y para ese papel (ya era hora, que la chica hasta ahora no había tenido excesiva suerte). Y este protagonismo comienza desde el minuto 1, en el que asistimos al evento que será su trama central durante toda la temporada: cómo conoce a Steve (Justin Chatwin) y la evolución de su relación.
Por otra parte, tenemos a Lip (Jeremy Allen White) e Ian (Cameron Monaghan), imposible hablar de uno sin hablar el otro, que con una relación que ya quisieran para si muchos hermanos, se llevan gran parte del protagonismo y de las mejores tramas de la temporada (la adaptación de Ian a la versión US es sin duda la que mejor sabor de boca me ha dejado).
Completan la familia Gallagher Carl (Ethan Cutkosky) hasta ahora sin ser demasiado destacable, Liam (Blake Alexander y Brennan Kane Johnson). Mención especial merece Debbie (Emma Kenney), una actriz adorable que transforma completamente el papel de la Debbie británica haciéndola mucho más cercana (los capítulos 1x03 Aunt Ginger y 1x04 Casey Casden son una gran muestra de lo que esta joven puede llegar a cautivar).
Aparte de la familia Gallagher, la serie también muestra otros grandes personajes que se entremezclan en su vida diaria. Kev (Steve Howey) y Veronica (Shanola Hampton), vecinos de la familia, aumentan más las locuras de historias que ocurren, siendo dos miembros más de la familia. En este punto, la transformación de Veronica a una familia negra fue un punto muy acertado (exceptuando su hermano Marty).
Sheila Jackson (una sobrevalorada, al menos en este papel, Joan Cusack) pone el toque de gracia en la vida de Frank al comenzar una relación con él, y durante la primera temporada asistimos a todos los problemas que su agorafobia genera en el entorno.
¿Versión US o versión UK?
La adaptación a la realidad americana ha resultado ser mucho mejor de lo que en un principio esperaba. Casi todos los personajes han viajado a través del charco manteniendo sus características (y digo casi todos porque hay excepciones como una sosísima Karen y un más que olvidable Marty, y de este último en serio lo digo, espero que no vuelva a salir en la serie porque no habría una forma peor de estropear un personaje con unas tramas divertidísimas con un actor tan forzado y mediocre).
Pero no todo son buenas críticas hacia la nueva versión. Su primera temporada no deja de ser un refrito de la primera y segunda temporada de la serie original, y las historias, conservadas tal y como son no destacan para aquellos que venimos de la primera versión. Para evitar spoilers, simplemente diré que el trato a temas como la relación entre Karen y Frank, o la moralina final que quieren dar a cada episodio estropean el regusto positivo que deja la serie. Además, en aquellos puntos en los que intentan innovar son los que deben potenciar para conseguir que la serie sea un ente diferente a su original (Eddie Jackson es una gran muestra de una trama completamente fallida).
Aún así, yo animo a todo el mundo a verla, si bien no consigue el tono de triste felicidad que logra con maestría la original, es una serie muy bien hecha y que difiere en forma (que no en fondo) de casi todas las series emitidas actualmente en la parrilla americana.