El 14 del Real Madrid
Grandes jugadores han vestido la camiseta del Real Madrid, Di Stéfano, Gento, Butragueño, Raúl, Zidane…pero nunca ninguno ha sido tan bueno e incomprendido como “Guti”.
Toda una carrera dedicada al equipo de su vida, toda una carrera teniendo que soportar -por partes iguales- insultos fuera y dentro del Bernabéu, toda una carrera siendo genial y frustrante a la vez, toda una carrera teniendo que escuchar que es irregular.
Aún así, Guti es uno de los tíos más madridistas del planeta. Le jode perder, le jode que le chuleen y le jode que le saquen para jugar los últimos 15 minutos. Por eso se ha cabreado siempre, por eso ha dado patadas a rivales, por eso ha tenido discusiones con entrenadores, el lo sentía más que nadie.
Pero lleguemos a la jugada que este sábado protagonizó, la cual merecería por si sola un capitulo aparte. Lo que ejecutó en unas milésimas de segundo es tal derroche de creatividad que tendría que tener espacio en un museo.
Tras un pase de Kaká se quedó completamente sólo delante de Aranzubia e inventó lo que sólo él podría. Mientras todos buscábamos el balón en la portería, él soltó un taconazo osado, marciano, sutil, que desvió las miradas y dejó a Benzema completamente sólo para marcar.
Llevo jugando y viendo fútbol toda mi vida y, dicho en términos matemáticos, nunca había imaginado una “resolución al problema por ese método”. Lo increíble, además de su innovación y ejecución, es sin duda el riesgo que toma Guti, jugándose en unos segundos toda la temporada. No quiero imaginar el manto de palos que le habrían caído si algo hubiera salido mal.
Gracias Guti, sin ti el fútbol sería simple y aburrido. Yo no te pido más.
Foto: Real Madrid