Lo bueno de los portátiles es que podemos utilizarlos donde sea. Pero si pensabais que todo iban a ser ventajas, os equivocabais. Desde que cambiamos nuestro “sobremesa” por un portátil hemos cambiado el lugar donde hacíamos uso del ordenador. Antes estábamos obligados a estar una mesa, ahora podemos trabajar desde el sofá o la cama. Por ello ha cambiado nuestra posición, pero no precisamente para bien.

La ilustración de arriba muestra algunas de las posturas habituales en las que solemos estar con el portátil. Los puntos rojos indican los lugares donde puede ocasionarse una molestia o dolor. Por lo visto la única postura que parece ser buena es la de arriba a la derecha (si, la de estar tumbado).

Ahora, sólo falta convencer al jefe para que te deje trabajar desde la cama.

Visto en Lifehacker