Los Diez Mandamientos del casual gamer

Gamers hay muchos, pero la clasificación zoológica los divide, a grandes rasgos, en dos ramas bien diferenciadas: los hardcore y los casual. ¿Cómo diferenciarlos? ¿Cómo saber si pedirles un autógrafo o salir corriendo? Una vez más, Akihabara Blues, en una de sus pedagógicas y filantrópicas lecciones magistrales os ofrece una de sus aclamadas guías de conocimiento del sector y os ofrece, totalmente gratis, Los diez mandamientos del casual gamer. ¡Hoygan!



1 - Pediste consejo a un dependiente del Game

Si hay algo que delata a un jugador casual u ocasional por encima de cualquier otro argumento es éste. El pedir consejo al dependiente de una tienda de videojuegos. ¿Desde cuándo es necesario saber de juegos para trabajar en un sitio? Puede ser recomendable, pero no exigible. Y aunque los tiempos de analfabetismo en cuanto a videojuegos cada vez quedan más lejos, pedirle el consejo al dependiente de una tienda de juegos es como preguntarle al de una sastrería qué tal te queda el traje. Siempre te va a quedar bien, siempre va a ser bueno.

Comportamientos como coger una caja de la estantería por los motivos señalados en el punto 2 y acudir al mostrador a preguntar si es bueno es como gritar a viva voz no tengo ni puta idea, engáñame, véndeme ese cartucho que tenéis guardado ahí desde las Olimpiadas de Barcelona.

En todo caso, siempre y repito, siempre, sin excepción alguna, es mejor guiarse por los criterios del anterior punto que preguntar al dependiente. O en todo caso, sería mejor preguntar a cualquier otra persona que esté en la tienda (preferiblemente si está observando la sección de segunda mano) a hacerlo al susodicho. Pero lo mejor que puedes hacer, si no quieres que te señalen con el dedo por la calle y te llamen Pikachu es recomendar a tus amigos casual que lean Akihabara Blues. Te lo agradecerán.



2 - Compraste un juego sólo por la caratula

¡Ay, bribón! Que tenías ahorrado unos dinerillos y no sabías que juego comprarte, así que te fuiste a la tienda más cercana pensando que te comprarías el que más te gustase. Y te pusiste allí en la tienda a ver las carátulas, a ver cual te llamaba la atención, a ver cuál te decía algo. No te preocupes, es algo habitual… entre los que no tienen ni puta idea de videojuegos, claro. En general, la gente, la masa social, tiene la vaga e infundada idea de que cuanto más bonita sea la carátula mejor será el juego. Craso error. La correlación entre ambos factores es tan baja como puede ser la de tener las tetas grandes porque se comía mucho pan. Bueno, no, porque eso todo el mundo sabe que tiene relación…



3 - No nombrarás a la Play 2 en vano

Si Los Sims es el software casual por antonomasia, ¿cuál sería su equivalente en hardware? Obviamente, y no sin motivos, se podría pensar que sería la Wii. Pero el término casual se comenzó a acuñar con anterioridad, aunque la implantación de la última consola de sobremesa consolidó su uso. La consola casual por excelencia el la Pleydos. Varias conversaciones con gente de la industria han esclarecido el papel normalizador que el hardware de Sony tuvo para la industria, así como el enorme éxito que tuvo por su equivalencia en coste con los reproductores de DVD de la época. Puestos a gastarse los dineros, la gente de culolandia prefería una PS2 a un reproductor de dvd, ya que además de permitir ver películas te permitía jugar a algún juego de fútbol o de coches de vez en cuando. “Alucinarías si supieras la gente que compró sólo un juego” es una sentencia bastante habitual. Sony intentó repetir el modelo con PS3 y la inclusión de un reproductor de blu-ray, pero factores que no vienen al caso han frenado el ansia del consumidor.


4 - Piensas que todos los juegos se ven igual o son el mismo

Sería necesario desarrollar una prueba empírica sobre la capacidad visual de un casual, pero es común la expresión “Pues yo lo veo igual” o bien “Me parece lo mismo”. Es decir, todos los juegos, sean de la máquina que sean, grande, pequeña, portátil o de sobremesa se ven igual de bien o siempre son el mismo. La incapacidad para distinguir los gráficos de dos sistemas tan diferentes técnicamente como una PS2 y una Xbox 360 es un claro síntoma de ser un jugador ocasional, así como que todos los juegos de disparos sean Jalo, todos los de fútbol El PÉS y todos los de coches “el juego de coches al que jugabas el otro día”.

5 - Hacen el ridículo delante de gente que sabe de videojuegos

Hay conversaciones imposibles, absurdas, que si existiera Dios no deberían producirse sobre la faz de la tierra. Al igual que en el trabajo no se debe hablar ni de política ni de lo buena que está la mujer/ el marido del prójimo, un casual y un hardcore jamás deberían hablar de videojuegos porque ambos saldrán con la idea de que el otro es un gilipollas “que no tiene ni puta idea de lo que es un buen juego”. Cada uno barrerá para su casa y si un casual pregunta a un hardcore si ha probado X juego la respuesta sólo puede ser, “¿la mierda esa?” o alguna de sus variantes (ese rollazo, esa basura…). Otra de las oraciones habituales es el “Pues a mi me gusta”, aplicado a videojuegos que, efectivamente, sólo te gustan a ti y que engloba una amalgama de títulos que son más simples que el mecanismo de un cubata.

Por supuesto, hay casos en los que hacer el ridículo delante de un jugón llega a casos extremos. Ejemplo:

Clon de Hannah Montana jugando a Nintendogs


6 - Tuviste problemas enchufando la consola al televisor



¿Servicio de atención al cliente? ¡Tenemos un problema! Verá usted, estoy enchufando la consola al televisor y mi cuñado me ha dicho que él la tiene conectada a través del uvehacheese porque así puede cambiarla de canal con el mando del vídeo, porque la tele no tiene mando a distancia ¿sabe usted? aun nos tenemos que levantar a cambiar para ver Telemadrid, y entonces si la quiero conectar a los altavoces que tengo en el piso de arriba, pues no me llega el cable… Sí, sí, espere un momento que está el niño llorando…


7 - Amarás Los Sims sobre todas las cosas

Podría ser caso de estudio aparte, pero el fenómeno de
Los Sims fue la piedra angular sobre la que se construyó el término de jugador ocasional. Posiblemente uno de los juegos más pirateados de la historia y cuya primera parte vendió la cifra de 16 millones de unidades. Niños, padres y, sobre todo, las féminas, se vieron atrapadas por la espiral decorativa y social que Los Sims implantó en los ordenadores. Pocos juegos han sido capaces de sustituir y/o recrear una forma de vida idealizada como la obra de Will Wright. Me atrevería a decir que fueron la versión digital de jugar a las casitas. Y a los hardcore a lo que le gusta jugar es a los médicos…

8 - Las consolas no son consolas, son güis

Y anteriormente fueron
pleiesteisions, arganboys, cacharros, maquinitas y otra tanda de sustantivos que se solían aplicar con desprecio en los 80 cuando los restantes miembros de la familia apreciaban que pasabas más tiempo jugando que viendo el televisor. En la actualidad, es habitual escuchar comentarios como “¿Tienes una consola?” y ante la respuesta, “sí, tengo una equisbox” la respuesta sea la sinécdoque “¿Qué es eso? Yo digo una consola, una güi“.

9 - Leerás el manual de instrucciones hasta en el baño



Si los
hardcore gamers no usan el manual de instrucciones más que en caso de imperiosa necesidad fisiológica o por sustracción de cualquier otra forma de entretenimiento explícita, los casual hacen todo lo contrario. En cuanto abren la caja de un juego sacan todos los papeles que hay dentro, leen el contrato adquirido, las advertencias de seguridad, memorizan el esquema de la consola y subrayan los botones que utilizarán. Pero ahí no acaba la cosa. Juegan con el mando en las manos y el manual entre las piernas por si hay algo que no comprenden de los menús o por si se les escapa un movimiento. Necesitarán leer al menos dos docenas de ellos hasta darse cuenta de que la información que contienen es más vacua que la sesera de Karmele.

10 - No jugarás en niveles de dificultad elevados

Los videojuegos no están hechos para sufrir. Para eso está el trabajo, el matrimonio y la familia. Un
casual gamer juega para divertirse, no por que se lo requiera un fuerte espíritu competitivo y/o por su necesidad de sentirse el mejor. El casual elige siempre el nivel de dificultad más bajo disponible no sólo para no perder, sino para evitar la tragedia que supone que un personaje muera. Y ante el menor atisbo de dificultad en el sistema de control abandona de por vida la idea de volver a introducirlo en su consola.

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5 divagaciones:

Mr. Juarman dijo... [ Contestar al Comentario ]

¡Bárbaro! ¡Impresionante! ¡Espectacular! "Pedrazo" de artículo, oyes. Mi más sincera enhorabuena... xD

Onetwothree dijo... [ Contestar al Comentario ]

Bienvenido Mr. Juarman,

Si es que Akihabara cuando se pone suelta perlitas y esta era muy grande :D

Un saludo.

Vetinari dijo... [ Contestar al Comentario ]

Muy bueno el articulo.
El dibujo del "juegazo" de Sabrina me recordo mis viejos tiempos con el spectrum.

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