Crítica preestreno: Harry Potter y las reliquias de la muerte, Parte I
Si hay una saga literaria claramente especial y recordada, por lo menos por mi generación, esa es Harry Potter. Seguro que al recordar vuestra época en el instituto os acordaréis de que la mayoría de vuestros amigos, aquellos que leían algo más de lo obligatorio, tenían más de una novela.
Desde febrero de 2008, cuando se publicó el último libro de J.K. Rowling, hasta finales de 2010 han pasado casi tres años. Tres angustiosos años son los que los fans han tenido que esperar hasta ver la película, un infierno para ellos.
Ayer, Warner ofreció en el Kinépolis de Madrid un preestreno de la primera parte de la última entrega de la saga. Un preestreno multitudinario. Absolutamente llenas estaban las tres o cuatro enormes salas habilitadas. Jóvenes, no tan jóvenes, niños, adultos, famosos, gente disfrazada de mag@s…Todo controlado bajo unas medidas de seguridad excepcionales (además de cacheo aeroportuario previo, prohibido móviles en la sala ). Ya sentado en la butaca te das cuenta de la magnitud del evento. Un miércoles por la tarde-noche todo lleno, ni en el fútbol pasa esto.
Antes de ver la película es altamente recomendable leerse el libro. No porque la película no sea fiel, sino porque las escenas se suceden rápidamente una tras otra explicando, de pasada, lo que ocurre en el libro. La trama, mucho más madura y oscura que en anteriores ocasiones, se centra casi exclusivamente en la amenaza constante de Voldemort sin apurar en otros conceptos también importantes. Es tal el desbarajuste de ideas, conceptos y personajes nuevos/antiguos, que al salir, por casualidad, conocimos al doblador de Voldemort, muy majo él, pero completamente liado y perdido en el argumento y personajes.
De todas formas, tanto si te enteras como si no, la película se disfruta bastante (la gente salía eufórica perdida). Las dos horas y media de duración terminan pareciendo 20 minutos. Si has disfrutado de las demás películas de Harry Potter, esta no te defraudará. La espera hasta julio de 2011 se hará larga.