"Donde viven los monstruos (Where the wild things are)" es el nuevo trabajo de Spike Jonze basado el clásico libro infantil del mismo título escrito por Maurice Sendak para el público más joven con un lenguaje sencillo y menos de trescientas cincuenta palabras acompañado de unas ilustraciones llenas de vida que captan magníficamente las fantasías del protagonista.


Volvemos al “cuento” de las adaptaciones de novelas a la gran pantalla y con ellas el miedo de que harán con la obra final (a no ser que venga Peter Jackson claro) aunque tras ver las primeras imágenes y trailers relegué mis miedos a un segundo plano pensando que podría ser un buen trabajo ya que comparando, obra y película, tanto Max como los monstruos se ven como deberían verse, y eso es fundamental para dejarse llevar por esa serie de imágenes que compiten con la serie de imágenes que nuestra imaginación ha creado.

Centrándonos en la película, la historia nace de la mano de Max, un niño de familia desestructurada que tras una pequeña riña con su madre se va al bosque donde emprende un viaje a ese país donde viven los monstruos que no es otra caso que la inocencia, la fuerza de la infancia, la libertad individual, la libertad de realizar acciones que en “otro país” no estaría bien visto, donde toda duda se resuelve en base a lo que salga de tu imaginación y donde nunca es demasiado tarde para nada, un país en definitiva hecho a la medida de Max.



En fin, todo un antojo visual para el pequeño y el grande de la casa, para volver a ese mundo del que todos hemos tenido que volver, ese mundo sin preocupaciones y lleno de inocencia que existe (o al menos existía) en nuestras mentes y que nos invitan a recuperar con esta película, todo ello regado con una estupenda banda sonora.

Además paralelamente Warnes Bros ha desarrollado un videojuego en el que podrás ponerte en la piel de Max, vivir sus aventuras y convivir con esos monstruos.




Actualización: “Where the wild things are” ha logrado el primer puesto de la taquilla de USA al recaudar nada más y nada menos que 32,5 millones de dólares así que aunque lo ha tenido fácil por la época en la que nos encontramos es una buena señal.