Critica: Avatar (2009)
El creador de películas como “Terminator 2”, “Abyss” o “Aliens, el regreso”, un hombre que dirigido la película con mayores ingresos en toda la historia del cine (más de US$1.800 millones mundialmente) y ganadora de 11 Oscars con una de las películas que más récords ha batido en esto del cine, James Cameron vuelve a la actualidad con la película más cara hasta la fecha.
Tras el increíble logro que supuso Titanic, Cameron decidió desarrollar una película que tenía guardada en su cabeza desde hace mucho tiempo y que sólo el reconocimiento podía otorgarle la suficiente independencia como para que pudiesen confiar en él y en una obra para la que han sido necesarios más de 14 años de espera para que se consiguiese una tecnología capaz de reproducir su sueño, una tecnología que tuvo que desarrollar mediante la construcción de una cámara (que ni Sony quiso hacer) capaz de capturar imágenes lo más cercano a como lo hace el ojo humano.
El principio del cine estereoscópico ya se había dado pero no terminaba de reflejar creíblemente la capacidad de expresión y actuación de un personaje generado por un ordenador, nunca se había llegado al punto de poder capturar una imagen con sus movimientos viéndola en tiempo real en un entorno generado por ordenador totalmente real.
Con todos estos precedentes, una auténtica revolución en este campo del cine y una increíble campaña de marketing masiva y agresiva, el llamado a “reinventar el cine” con esta obra ha llegado hasta nuestras pantallas con "AVATAR".
Avatar cuenta la historia de Jake un marine tullido en una silla de rueda que tras perder a su hermano es el más indicado para ocupar su puesto en Pandora, un planeta que contiene un mineral perseguido por las corporaciones por ser la clave para resolver los problemas de la crisis energética de la Tierra gracias a su gran poder como recurso natural, como conductor de un cuerpo biológico basado en la raza nativa del planeta conocidos como Na’vi y algunas características físicas de la persona que lo controla.
La tarea que empieza como una misión más poco a poco empezará a hacer que Jake Sully se replantee muchas cosas tras conocer esa entrañable raza que lo ha acogido y enseñado a ver la naturaleza como ellos la ven, empezando por su propia participación en esta aventura.
Es una apuesta bastante arriesgada pero para mi es la mejor película a nivel visual de la historia hasta el momento, ha sentado un precedente marcando un nuevo nivel de credibilidad en las sensaciones de realidad y naturalidad del 3D siendo capaz de mostrar una realidad digital tan creíble como la realidad del mundo real aunque también existan las limitaciones que se hacen patentes cuando la cantidad de creaciones digitales en pantalla es muy alta produciendo algunos CGIs poco expresivos y replicados, una cosa totalmente lógica por otra parte en una tecnología que acaba de despegar y a la que todavía le queda mucho por desarrollarse hasta llegar a rozar sus limitaciones, que contrasta la espectacularidad que encontramos en los rostros y primeros planos increíblemente reales.
Esta tecnología es la herramienta que hace posible el sueño de Pandora, un nuevo mundo donde todo aquello que lo habita desde su flora hasta su fauna y razas nativas, esas increíbles y feroces criaturas terrestres y aladas, cada uno de los impresionantes rituales del pueblo de los Na’ vi (y también por sus mechas), que maravilla visualmente al espectador por su capacidad de asombro, por su energía, su dinamismo y por la grandiosidad de muchas de sus imágenes.
Un mundo en el que brilla con más fuerza en las escenas de persecuciones, narradas y expuestas de maneras nunca vistas antes, con unas iluminaciones y unos paisajes totalmente alucinantes, tanto o más que la integración de los protagonistas en éstos realizando virajes en el aire sin observar la mínima falta en su realización, en el que también contribuye la acertada para algunos (totalmente errónea para otros) paleta de colores de la que pienso podría estar basada en su pasión por el submarinismo, el conocimiento de los fondos marinos y arrecifes de coral y la luminosidad y fluorescencia de los mismos.
Pero no todo son puntos fuertes, el guión escrito por Cameron es sin duda la baza más desfavorable para muchos de esta obra, es un guión previsible, esquemático y con una historia ya vista mucho antes en películas como “El Último Samurai”, “Pocahontas”, “Bailando con lobos” pero también hay que decir que no intenta destacar por su originalidad o por convertirse en un nuevo punto de inflexión para la ciencia-ficción, si no que intentar llegar al espectador creando espectáculo de un relato de aventuras y fantasías, de una historia sencilla (que no simple) basada en las emociones y sensaciones y que sabe llevar un ritmo narrativo muy bueno aun con sus momentos más bajos.
Las emociones y sensaciones que la película transmites no son sólo 3D, mucha de la culpa la tiene el estupendo reparto de la película encabezado por Sam Worthington (Jack Sully), conocido actor de físico y de instinto que simplemente cumple correctamente con su papel (del que pienso podía haber dado más), y una estupenda Zoe Saldana (Neytiri), con una actuación en la que hace gala de una sensibilidad, una expresividad y una energía que se nota al contemplarla en pantalla sobre todo en las escenas de “aprendizaje”.
A los que le acompañan Stephen Lang (Coronel Quaritch), una figura fuerte y con mucha presencia, un ser frío y un asesino nato hambriento de acción cuyo papel de villano ayuda mucho al ritmo de la historia, Sigourney Weaver (Doctora Grace), con una actuación más que correcta y que nos recordará a su papel en “Gorilas en la Niebla”, y Giovanni Ribisi (Parker Selfridge), que desempeña correctamente el papel del empresario poco escrupuloso que tiene como lema “el fin siempre justifica los medios”.
También a destacar aunque para mal están los papeles de Michelle Rodríguez (Capitán Chacon), con un personaje bastante plano, y Joel Moore (Norm Spellman) que pasa sin pena ni gloria.
En definitiva, "Avatar" es una película directa y conmovedora basada en las sensaciones y emociones, magnífica a nivel visual y que sin duda sentará precedente por su grandiosa elaboración del 3D y por el hito que ha marcado en su campo pero que también cuenta con una gran tara en su historia y que probablemente sea la culpable de que no pase a la historia de una manera tan triunfal como podría haberlo hecho.
Por cierto, una pregunta que ronda mi mente es si merecerá la pena volver a ver esta obra en nuestros hogares después de haber disfrutado de esta película en 3D con todo lujo de comodidades para los sentidos y sin disponer de pantallas adaptadas para volver a revivir esta experiencia y cuánto debe perder esto en imagen convencional que es con la que “tendremos que conformarnos” hasta que los 120Hz sea el más común de los televisores en nuestros hogares.