Crítica: Toy Story 3 (2010) por Bonembud
Llevaba largo tiempo esperándola desde que se anunciara unos años atrás. No voy a negarlo: la desconfianza se apoderó de mi (al igual que me ocurre con las futuras Cars 2 y Monstruos S.A. 2). Pero la fe en Pixar hace que cada obra sea algo que huele muy bien, aunque no lo hayas visto aun. Solo me ha defraudado una vez con Cars, ¿lo habrá hecho otra vez? Continúa leyendo y lo sabrás...
Toy Story tiene una de las mejores escenas que he visto nunca en cualquier película de animación, la inmortal caída de Buzz en un intento de volar a la ventana al grito de "hasta el infinito y ¡más alla!". Cambió la forma de entender el cine de animación, combinando unos personajes memorables (que no petardos) y un guión original con un humor muy conseguido. Todos recordaremos con cariño a aquel Andy; el Andy que todos hemos sido alguna vez... pero que dejamos atrás en algún momento. Y ese es el Andy de Toy Story 3, uno maduro que dejó de jugar con sus juguetes y que se nos va a la Universidad.
Como estudiante universitario que soy, he de admitir que me he sentido plenamente identificado con el personaje. Yo también tengo guardado en algún armario algunos juguetes de mi infancia, y justo el día antes de ver la película, los recuperé para jugar con mi primo de 5 años. Las sensaciones, la imaginación, el montarte tu propia historia de la nada... en definitiva, los recuerdos, me invadieron y produjeron en mi una extraña mezcla de tristeza y júbilo. Y eso, amigos míos, os puedo garantizar que Pixar ha sabido plasmarlo de una manera incomparable.
¿Y qué hay de los juguetes? Se ve que no quedan tantos, algo normal. Pero hubiese agradecido algún tipo de flashback con el trágico momento de la separación. Porque olvidarme de repente de un personaje tan importante como la pastora y sus ovejas, me es muy difícil (¡con lo importante que era para Woody!).
El desarrollo inicial de la aventura me recordó bastante a Toy Story 2, y sin querer soltar ningún espoiler, se me hicieron muy parecidos entre si los "antagonistas". Tampoco me reía demasiado, algo fuera de lo común en una película de Pixar (menos Cars). Afortunadamente todo eso cambió. El personaje del que os he hablado es más profundo de lo que me imaginaba, y los chistes que se hacen, cuando pretenden hacer la gracia, son efectivos. Y en esto Pixar sabe. Si hacen un gag, te ríes. Es casi automático. Y tiene algunos momentos en los que literalmente lloré de la risa y tuve que quitarme las gafas 3D para limpiarme (si por mi fuera hubiese ido a verla en 2D, pero no estaba disponible... aunque el tema de las 3D es otro cantar...). Pero se le ha concedido mucho más peso al desarrollo de la trama que al humor (algo que puede llegar a decepcionar).
Y cuando ya llevaba un rato viéndola es cuando me di cuenta en qué plan iba, y es que tiene el guión más complejo de la trilogía, convirtiéndose en una película con referencias a películas de espías o motines (de manera elegante; no tan burdas como suele hacer Dreamworks). Toy Story 3 es una película sobre un motín.
Y como buena tercera parte, la película tiene el deber de cerrar la trilogía de una manera adecuada; saber acabar. Pues bien, no quiero dar pistas de ningún tipo, por lo que no entraré en detalles, pero a Dios pongo por testigo de que sabe acabar... ¡y menudo final! Magistral.
Por lo tanto ¿es esto lo que esperaba de Toy Story 3? Pues sí y no. Sí en el sentido de que me ha sorprendido muy gratamente, me ha hecho reír como un poseso y ha conseguido emocionarme. Y no, porque me esperaba más sentido del humor. Pero la balanza se inclina muy a favor de Toy Story 3, por lo que se muestra como una apuesta segura, no lo dudes.
PD: ¡Cuando aparezcan los créditos no os vayáis, por el amor de Dios! La película NO acabado. Pixar siempre amortizando hasta el último momento... incluyendo el genial corto del comienzo (mejor que sea una sorpresa) que ya lo veo siendo nominado a mejor cortometraje animado.